Descripción

Aelorn es un druida de los Elfos del Crepúsculo, el mismo linaje antiguo del que proviene Eilira Bosque Sombrío. Mientras Eilira se especializó en la magia de las sombras y las espinas, Aelorn ha sido siempre un guardián de la vida y el crecimiento, con un poder profundo y primigenio sobre la flora y la fauna. Desde temprana edad, Aelorn fue elegido para ser el protector del Roble Eterno, un árbol colosal en el corazón de Lothrendil, considerado sagrado por las criaturas del bosque y visto como un pilar del equilibrio natural en el mundo.

Aelorn, a diferencia de otros druidas de su clan, tiene un vínculo directo con el espíritu del Roble Eterno, un ser antiguo que le otorgó la sabiduría de los tiempos pasados y el conocimiento de todos los reinos vegetales. Bajo su tutela, Aelorn aprendió a canalizar el poder de la tierra misma, invocando a las raíces para protegerse o a los vientos para dispersar a sus enemigos. Él porta un báculo de madera viviente, un fragmento del Roble Eterno, que crece y cambia de acuerdo con las estaciones.

Sin embargo, cuando el Señor Oscuro de Esgathor empezó a corromper las tierras, el Roble Eterno se marchitó lentamente, y con él, Aelorn sintió su poder menguar. Junto con Eilira, Aelorn juró proteger Lothrendil, pero mientras Eilira lideraba emboscadas y ataques contra los ejércitos oscuros, Aelorn permanecía cerca del Roble Eterno, luchando por mantener la pureza del bosque, invocando la fuerza del propio árbol para crear una barrera mágica que mantuviera a raya la corrupción.

En la guerra contra las fuerzas del mal, Aelorn y Eilira lucharon lado a lado, combinando sus poderes para formar una fuerza imparable. Aelorn invocaba espíritus del bosque, árboles que cobraban vida para marchar contra los invasores, mientras Eilira tejía las sombras y espinas para atrapar a los enemigos en trampas invisibles. Juntos, formaron un equilibrio perfecto: la luz y la vida de Aelorn equilibraban las sombras y el filo de Eilira.

Pero tras la derrota del Señor Oscuro, el balance comenzó a desmoronarse. Aunque Aelorn logró evitar que el Roble Eterno sucumbiera a la corrupción, el daño ya estaba hecho, y su conexión con el árbol se debilitó. Mientras Eilira combatía las sombras internas que empezaban a corroer su alma, Aelorn se aisló, buscando restaurar la fuerza del Roble Eterno y de sí mismo.

Se dice que Aelorn ha permanecido en meditación profunda bajo las ramas del Roble Eterno durante décadas, entrando en comunión con los espíritus de la tierra para descubrir un modo de sanar completamente al árbol sagrado. Aunque ha desaparecido de la vista de la mayoría, su espíritu todavía vigila el bosque, y cuando los tiempos de necesidad lleguen nuevamente, Aelorn responderá al llamado de la naturaleza, emergiendo del bosque como un ser mucho más poderoso.