Descripción

En lo más profundo de Lothrendil, el bosque más antiguo y misterioso del mundo, habita Eilira, una druida tan antigua como los propios árboles. Nacida de la última estirpe de los Elfos del Crepúsculo, un linaje casi extinto que una vez vivió en armonía con la magia salvaje de la naturaleza, Eilira fue marcada desde su nacimiento por el poder de las sombras y los secretos del bosque.

De joven, Eilira aprendió las artes druidas de los Ents, los guardianes de los árboles y seres primordiales que le enseñaron a escuchar las voces de los bosques. Bajo su tutela, dominó el arte de tejer la magia de la naturaleza con las sombras, invocando espinas, ramas y raíces para proteger los lugares sagrados del mundo. Pero no todo lo que habita en el bosque es pacífico, y Eilira ha enfrentado horrores que se ocultan en los rincones oscuros, criaturas que acechan entre las raíces profundas y entre las hojas caídas.

La guerra contra el Señor Oscuro de Esgathor, quien buscaba devastar los bosques y someter las tierras salvajes bajo su puño, fue el evento que marcó su destino. Eilira se unió a las fuerzas élficas y humanas para enfrentarse a este mal. Armada con sus dos dagas forjadas en la madera negra de los Árboles del Olvido y envuelta en un manto de ramas y espinas vivas, Eilira lideró emboscadas y ataques rápidos, golpeando en la oscuridad para proteger la tierra.

Aunque el Señor Oscuro fue derrotado, no todas las batallas terminaron a su favor. Las Sombras de Gorthor, criaturas espectrales y corruptas que servían al Señor Oscuro, dejaron cicatrices en el alma de Eilira, susurrándole promesas de poder y destrucción. Ahora, aunque sigue siendo una defensora de la naturaleza, camina en un delicado equilibrio entre la luz y la oscuridad, enfrentando la tentación de caer en la corrupción que acecha en su interior.

Con el tiempo, Eilira se ha convertido en una leyenda viva, conocida como la Tejedora de Espinas, capaz de invocar gigantescos zarzales y espinos que atrapan a sus enemigos, o de convocar las sombras del bosque para cegar y confundir a quienes osan enfrentarse a ella. Muchos jóvenes aventureros y druidas buscan su sabiduría, pero solo aquellos que demuestran una profunda conexión con la naturaleza son aceptados en su presencia.

Eilira es una figura solitaria, siempre moviéndose entre las sombras del bosque, cuidando de los seres que en él habitan, y protegiendo los últimos vestigios de los bosques antiguos de la corrupción del mundo exterior. Se dice que aquellos que se pierden en los senderos de Lothrendil pueden escuchar su susurro en el viento o ver el destello de sus ojos vigilantes entre los árboles.